¡Magia Potagia!


El otro día fui a un espectáculo de magia. Casi había olvidado lo que era asombrarse ante cosas que parecen imposibles. Y es que a veces, al crecer, perdemos la capacidad de sorprendernos que tenemos cuando somos niños. Justo antes del entusiasmado aplauso se oye un suspiro ahogado y un «¡hala!» que lo dicen todo. Ilusión en estado puro. Y en este mundo en el que casi todo se mide en dinero y en utilidad, la ilusión nos hace mucha falta.Magia

Claro, que si vamos buscando el truco, la magia ya no tiene gracia. Debemos abandonar, por un momento al menos, los prejuicios racionalistas, y dejarnos llevar por lo asombroso. Atreverse a creer en las hadas, como diría Peter Pan. Y disfrutar.

Descubrí que la magia puede ser, además de inmensamente sorprendente, sorprendentemente bella. La oscuridad que rodea todo exceptuando el mago, la música que acompaña todos los movimientos, elegantes y fluidos, casi como los de un bailarín…El cristal, el agua, las luces, la purpurina, los pañuelos, la nieve…Todo se confabula para traer al escenario la belleza de lo inefable.

Claro que también puede ser divertida, de la manera más sencilla e inocente. Y pocas cosas hay más hermosas en este mundo que la risa de un niño… y del que ya no es tan niño.

La magia puede también cortarte la respiración, y acelerarte el corazón. Puede desafiar tu ingenio, empujarte a dejar de lado la vergüenza y atreverte a reíte de tí mismo.

Pero lo más importante de todo es que te invita a esperar, a tener fe en lo que no se puede demostrar y no puede ser posible. El gran don del ilusionista es lograr realizar aquello que creemos que no es real, y demostrarnos que estábamos equivocados. El mago mantiene en misterio vivo ante nuestros ojos, y nos abre una ventana a través de la cual podemos intuir un mundo que va más allá de lo estrictamente material.

La magia existe. Y el truco está en el milagro de hacernos creer.

 

4 comentarios

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4 Respuestas a “¡Magia Potagia!

  1. mrsnoobles

    ¡Qué gran verdad! Para poder asombrarse por todo aquello que no se puede ver cuando uno es adulto es necesario tomar conciencia de niño, volver a la inocencia infantil. Al fin y al cabo, la magia hace que todo parezca posible, y… quizá sea así.

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  2. firloyo

    Y no nos olvidemos del nombre «trénico, trénico» de los magos de salón: ilusionistas, es decir, creadores de ilusión alli donde no la había. Nos hace falta a todos tener ilusiones, gans de alcanzar cosas que no sean cosas, estados más bien. En un mundo en que la gente tiene intereses, las personas no sabemos tener ilusiones, estamos «desentrenados». Que haya muchos, muchos magos de salón.

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